La filosofía y los animales

 

“La comprensión a menudo se me antoja algo parecido a jugar con un cubo de Rubik. Una vez que conseguimos que todos los cuadraditos encajen en su lugar correspondientes, ¡zas¡, comprendemos. Y eso tiene sentido si uno vive dentro de un cubo de Rubik, porque si no…”

 

¿Cuál es el punto de intersección desde el cual inferimos una secuencia de pensamientos que abarcan hechos que van desde el lugar que ocupamos hasta el punto de que nuestra existencia quita espacio a lo otro? ¿Así mismo la arista desde la cual medimos la moralidad esta impuesta por una serie de silogismos los cuales solo los entendemos en la medida en que somos seres con algo a lo que denominamos razón mediante los mecanismos de esta? ¿Es acaso este mecanismo accesible en igual proporción para todos, incluyendo los animales? ¿No es acaso una mera consecuencia del raciocinio antropocentrista en el que estamos embargados?

Cioran mencionaba que: “El paraíso es la ausencia del hombre”. Franz Kafka versaba en uno de sus relatos; “Ensayo para una academia”, acerca de la vida de Pedro el Rojo un simio que se erigía en una figura antropomorfizada (Una alegoría bien lograda en la cual se detalla su ascenso de bestia hacia la de una semejante a la del hombre). Santo Tomas de Aquino argumentaba que: “Solo el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios”. Esto da indicios de una alusión sobre como participamos con la esencia de Dios. ¿Pero en este punto cual es la esencia de Dios? La que nosotros mismo hemos dotado, la cual solo esta mediada por la razón. Mismo patrón argumentativo que se repite en figuras como Platón o Descartes, pero bajo diferentes formas discursivas. Incluso más adelante Kant retoma el asunto de la razón sin que esta contemple en su totalidad las peripecias de la no razón, esto para lograr un ejercicio dialectico en que se integre la fenomenología de las variables que interactúan entre sí.

 

¿Pues bien, como es qué entendemos el universo? Solo mediante la aplicación de las leyes de la razón hemos llegado a comprender las leyes que rigen al universo, la hipótesis es clara, se puede plantear que el universo y la razón participan de una misma esencia. Los animales al estar desprovistos de razón son parte del universo, pero no de su esencia por lo cual quedan relegado al plano de las cosas. “Cogito, ergo sum” dijo Descartes, consecuentemente Descartes afirmaría que los animales son “autómatas sin conciencia”. Entonces propongamos esta dicotomía; Al pensamiento, a la cogitación se opone la plenitud, la corporeidad, la sensación de ser.

 

Ahora bien, extrapolemos la cuestión a un ámbito menos enrevesado y algo más familiar, los viajes de Gulliver de Jonathan Swift. En esta sátira versada, los Hoyyhnhnms representan a la utopía de la razón; se les asocia con la hierba, los olores dulces y la ordenación racional de las pasiones; lo apolíneo. Mientras que los Yahoos representa a la barbarie; la bestialidad, se les asocia con la carne cruda, el olor a excrementos, lo dionisiaco.

 

Gulliver tiene dos tentativas opciones, una es la de intentar encajar entre los Hoyyhnhnms pero no lograr con éxito su empresa al no ser lo demasiado apto para vivir entre ellos por lo que poseen un estado de consciencia superior que poco o nada tiene en común con el de Gulliver por lo cual su relacionamiento es la ininteligibilidad desnuda. La otra es vivir como un salvaje con los Yahoos, adquiriendo un nuevo modo de percibir la vida y readaptando su concepto cosmogónico. Y, por último, la afrenta que le queda de mejor opción, aceptar su naturaleza al no poder encajar en ninguno de los estratos debido a los mecanismos bajo los que se rigen dichas sociedades; solo le queda vivir marginalizado en sí mismo.

 

Los arquetipos de la abstracción perduran en la comprensión de la vida de las entidades que no están dotadas del mismo método de razonamiento que los humanos, cambiemos la figura: la cinética y la corporeidad de la plenitud juega un papel crucial en la concepción de existir en la medida que habitamos un cuerpo, el hecho de calificar los comportamientos de los animales según los métodos deductivos e inductivos que están a nuestro alcance, escapa al razonamiento de lo inaccesible (Conciencia animal), ¿Es acaso que podemos saber qué es lo que se siente ser un cadáver? Por ejemplo, tomemos como punto de partida para este nuevo marco teórico los experimentos de Wolfang Koller con los Simios de Tenerife. Se realizaron experimentos en simios, a través de los cuales se intentaba aducir el razonamiento que estos mismos adoptaban al momento de encontrarse ante una situación extraordinaria que los colocaba en cautiverio, debían de estar en una jaula mientras se les proporcionaba los suministros, posteriormente la situación era la de tener que encontrar las soluciones al puzzle de como alcanzar un racimo de plátanos, los cuales están cada vez a mayor altura. A medida que el experimento avanzaba inclusive se disponían cajas dentro de la jaula para que los simios encontraran alguna solución a su necesidad básica de alimentación. Pero si bien podríamos inferir que adquirieron ciertas habilidades para arreglárselas ante estas condiciones, no hay manera de comprender si los simios se cuestionaron cosas tan básicas como: ¿Me han cortado el suministro porque quieren matarme de hambre? ¿Es que he hecho algo? ¿He dejado de agradarles? Mas sin embargo lo máximo que se podría aducir es que ellos están buscando la manera de saciar su necesidad, todo esto de las jaulas y las cajas tal vez no les hagan ningún sentido si no el propio sentido de existencia para aliviar el aburrimiento sí. (Es aquí donde el realismo mágico toma su papel).

La poesía y los animales

 

El hecho de corporeizar animales, a aquello que llamamos invención poética hace más accesible un sentimiento de compasión por los animales. Aquí coexisten los poetas del alma que se encargan de enaltecer la vida de los animales a través de su observación en cuanto a sus cualidades que lucen a la vista tanto como de sus hábitos: “Los animales personifican ciertas cualidades humanas: El león, la valentía; el búho, la sabiduría, etcétera.” Una observación genuina que se puede hacer es la de una pantera que en un poema resuelve una especie de danza de energía en torno a un centro, más allá de presuponer que la pantera es una corporeización vital de esa especie de fuerza que se libera de las partículas elementales (Es aquí donde la observación cambia), la pantera ya no está solo encerrada tras unos barrotes de una jaula, si no que los barrotes imponen  a la pantera un recorrido circular que deja su voluntad estupefacta y narcotizada, fue despojada así de su danza. Así también, se encuentran quienes dispuestos a la caza de animales observan toda la belleza nata que emana de estos, por lo cual están imbuidos en dicha realidad al mismo tiempo.

 

Analicemos “Una modesta proposición” de Jonathan Swift, en cuanto a lo que dice o parece decir, aquí va una interpretación del mismísimo Coeetze acerca de un apartado del libro el cual dice: “Las familias de Irlanda podrían ganarse la vida criando niños para la mesa de sus señores ingleses”. Coeetze atribuye que es imposible que haya querido decir eso, porque todos sabemos que es una atrocidad matar y devorar bebes humanos. “Sin embargo, ya puestos a pensarlo, nos decimos, en cierto modo los ingleses ya están asesinando a los bebes humanos al dejarlos morir de hambre. Puestos a pensarlos los ingleses ya son atroces”, prosigue. Esta puede ser la manera ortodoxa o heterodoxa de interpretar el relato dependiendo de como se nos imponga y como lo procesemos. “¿Entonces ya basados en un pensamiento dado por la razón humana, si es atroz matar y devorar bebes humanos, por qué no es atroz matar y devorar cochinillos?”, cuestiona. ¿Por qué seria atroz matar y comer un animal doméstico como un gato o perro y no así una ternera de vaca? ¿Qué es lo que conlleva a que muchas sociedades según sus propios códigos religiosos y éticos practiquen una dieta vegana en la que este permitido el consumo de insectos, como lo es por ejemplo en el budismo? Aunque no de una forma ampliamente generalizada, esto depende del sector budista en cuestión del cual se hable. ¿En occidente sería inaceptable algunas de estas prácticas no? La razón así mismo está provista por los diversos códigos culturales de amplias regiones. No funciona igual en Bolivia que en Cabo Verde.

 

Coetzee no nos presenta ninguna solución, sino un marco teórico en cuanto a nuestra percepción que tenemos sobre los animales (Tanto como de nuestro entorno de un manera algo mas implícita), desde el uso de la propia razón que solo es inteligible desde nuestra razón.